Slow Living: 4 buenas prácticas para una rutina Slow

En un mundo lleno de prisa y responsabilidades, encontrar formas de encontrar el equilibrio a lo largo del día es esencial para mantener nuestra salud mental y emocional. A continuación, te presentamos cuatro sencillas prácticas que puedes integrar en tu rutina diaria:

 

1.Despertar con tranquilidad

Evita usar alarmas estridentes y opta por sonidos suaves o música relajante para despertarte. Si tienes un despertador inteligente, programa un aumento gradual de la luz o del volumen para que tu transición del sueño a la vigilia sea más amable, luego, puedes darte unos minutos para estirarte en la cama antes de levantarte. Intenta usar ropa de cama, en tonos neutros para equilibrar visualmente el espacio

 

2.Ordenar tus espacios

Un dormitorio ordenado comienza con una cama hecha. Este hábito promueve la disciplina y te anima a mantener el resto de tu espacio en equilibrio y organizado. Vivir en un ambiente armonioso reduce el estrés y mejora tu estado de ánimo. Dedicar unos minutos a esta tarea refuerza la idea de que mereces un entorno agradable. Elementos como cojines, pieceras y mantas, ayudan a darle calidez y estilo al espacio que te rodea.

 

3. Espacio para una pausa

Hacer una pausa para comer es un acto de autocuidado que refuerza la importancia de los tiempos de descanso que necesitamos durante el día. El momento de “sentarse a la mesa” también implica un espacio de tiempo que nos damos para una pausa dentro del día a día. Accesorios como individuales y/o manteles son importantes no sólo para cuidar la mesa, sino que le dan valor al espacio físico que refuerza la importancia del momento.

4. Crear un ritual de desconexión nocturna

Termina el día con una práctica que te ayude a desconectar del estrés acumulado. Apaga tus dispositivos electrónicos y dedica al menos 30 minutos a algo que te relaje, como leer un libro, escribir en un diario o disfrutar de un té caliente. Usa ropa de cama suave y acogedora que invite al descanso, creando un ambiente cálido y tranquilo en tu dormitorio.

Integrar estas buenas prácticas en tu día no solo te ayudará a relajarte, sino que también mejorará tu bienestar general. Recuerda que la relajación no es un lujo, sino una necesidad en nuestra vida diaria. ¡Date el tiempo que mereces para cuidarte y disfrutar de cada momento!

 

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